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miércoles, 26 de diciembre de 2007

Inspiración robada para sentar mi voz de protesta

Nada más y nada menos hoy vi que mi amiga Perla publicó en su blog escena en el mar una excelente descripción y crítica sobre el pensado de algunos que dicen llamarse periodistas y aspiran diario a colgar los oficios de la reportería y la redacción en cualquier perchero.

Con este relato no pretendo igualar la calidad del de Perla, más bien, me uno de todo corazón a su indignación por tanto mal agradecido con este bello oficio.

Hace muchos años empecé a soñar con hacerme periodista, consciente de que uno se hace periodista para contar historias y no para administrar medios. Defiendo la idea de que uno se hace periodista para ser periodista siempre, y no para avanzar rápido en el camino de la reportería y escritura y luego olvidarse de la misión de dar voz a los silenciados.

Varias han sido las opiniones con que me he topado en estos días sobre el oficio periodístico y un supuesto escalafón en esta carrera. Hasta donde yo sabía, en la única carrera que había escalafón era en la de docente y sin embargo, siempre se seguía haciendo lo mismo, no importando cual fuera el grado.

Uno no se hace periodista para convertirse luego en editor, uno se hace periodista para serlo toda la vida, pues la labor de un editor, o un administrador mediático no es otra que tirar línea a través de sus líneas,del papel y de la tinta que nunca se abandonan.

Tenemos en nuestros anaqueles libros exquisitos escritos por personajes que sólo se hacen llamar periodistas y nunca han soñado con editar, porque su amor está consignado a los relatos y no a dirigir los oficios de otros. "Ya bastante hay con las cosas de uno, para meterse con las de otro", dicen algunos.

Esto no es pues una lulcha contra el oficio de la edición. Es una defensa incandescente del oficio de la reportería y la escritura y una alabanza a la tarea de contar historias...

Según entendí durante mis cuatro años de carrera, para ser más exactos cinco por algunos líos de descuido, uno es periodista toda la vida, esa es la condición con que uno se formó y que nunca podrá abandonar.

Cuando se tiene la capacidad para tirar línea en un tema, se hace, y entonces se edita, pero esa labor no quita de enmedio la condición con que se nace, se crece y se muere en este oficio: contar historias.

La edición es la labor de la enseñanza en el periodismo, es la guía por las formas, las técnicas, los temas, pero eso sólo se logra a través de los propios textos, que se escriben con el día a día, con cada entrevista, con cada texto.

Si ser periodista fuera un paso antes de ser editor, ¿qué autoridad tendría este para hacer correcciones a alguien que está afuera ejerciendo su oficio?

Y ¿qué autoridad habría entonces para un hombre que deja de ser editor y quiere regresar a su trabajo si en el trasegar ha olvidado el contacto con el sujeto que camina por las calles?

Si ser periodista fuera un paso para llegar a ser editor, ¿qué seguiría después de esto? Seguramente nada que tuviera que ver con la reportería y la escritura, que para mi son la gloria de este oficio...

Ser editor, periodista, coordinador y director está en los gustos, en las formas de pensar, en las habilidades y en la experiencia, pero cada uno de estas condiciones no es sinónimo de un paso a paso en este oficio.... porque para la muestra hay grandes maestros: Castro Caicedo, García Márquez... y otros cuantso que entre el tintero están y siempre han proclamado su oficio de periodistas. Estos maestros hoy por hoy tiran líneas sin abandonar, desagradecidamente, el título que otorga no sólo el cartón, sino la experiencia en esta profesión...

No se le olvide señor periodista que uno trabaja, estudia y se esfuerza para ser periodista, hasta el momento no hay carrera de editor... en el oficio de contar historias sólo se es editor siendo un excelente periodista y solo se coordina un medio, con el oficio de contar historias entre ceja y ceja, escrito con lágrimas, sangre y sudor en la frente y con una pluma y un papel en el mesón....

He dicho.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

DEL AMAZONAS PARA EL MUNDO

El popular Indio Amazónico extiende cada vez más su negocio. Ahora también tiene sedes en Estados Unidos, convirtiéndose así en un magnate del negocio esotérico.

Hace más de dos décadas el Indio Amazónico es conocido en Colombia y en el mundo por sus poderes mágicos y capacidades curativas.

La clientela nacional e internacional lo ha posicionado como uno de los mejores brujos de los últimos tiempos. Chindoy Mutunbario, más conocido como el Indio Amazónico, ha recorrido 87 países repartiendo sus pócimas y asesorías sanativas.

Su templo en Bogotá está ubicado en la avenida Caracas con calle 39. Allí una estatua dorada de Buda le avisa al visitante que si deposita una moneda en su nombre todos sus deseos serían concedidos. Detrás de Buda está una estatua de Jesucristo haciendo la misma advertencia, y justo en medio de estas dos imágenes está la foto del Indio Amazónico dando la bienvenida a todos los pacientes.

Amanda Galindo, es desde hace algunos años una fiel visitante de este templo, sin embargo ella no cree que esto sea un inconveniente para seguir practicando su religión. “Creo mucho en Dios, de hecho acá no estoy haciendo nada en su contra, sino que uno algunas veces necesita de una ayudita extra”.

Y en busca de este tipo de ayuditas van cientos de pacientes diariamente a este templo. “Los días más concurridos en este lugar son los lunes, porque se realizan las jornadas de sanación”, comenta una de las vendedoras del templo, que con su vestidura de indígena atiende cada una de las necesidades de los visitantes. Y aclara, “Sin embargo cuando más nos visitan es cuando vienen el indio, ese día no cabe la gente en este sitio”.

Su templo en Bogotá está adornado con estatuas y láminas de santos, reliquias orientales, fotografías de la selva amazónica, animales disecados y otras cuantas estatuas que parecieran salidas de una película de terror. En el recorrido por el sitio, los visitantes se encuentran con estatuas de la muerte, esqueletos, tumbas y ataúdes.

La sede del indio en Bogotá es todo un centro de servicios esotéricos. Allí se ofrecen desde conferencias para salir de las malas rachas hasta un amplio portafolio de pócimas para curar cualquier tipo de males. También se prestan los servicios de lectura del tarot, caracoles, ichín, aura, bola de cristal, ojos y hasta la lengua.

Muchas de las visitas que diariamente se realizan a este centro son en busca de remedios a los problemas personales. “Uno con el tiempo aprende a automedicarse en este cuento. Si uno está mal en el amor pues compra un quiéreme quiéreme o cualquier sustancia similar, y listo”, comenta Víctor Arroyave, cliente de la tienda.

Después de recibir sus favores, los asistentes suelen hacer placas en agradecimiento “al redentor indígena”, es por esto que la entrada y algunos de los murales están tapizados de lápidas en honor a él y que cada vez más el sitio parece un templo de peregrinación.


TOP CINCO

Los más vendidos:


La lectura del aura: tiene un valor de 250.000 pesos la consulta. En esta se orienta sobre un tema específico para resolver los impedimentos del día a día.
Baño especial para la suerte en el amor: El precio de estos baños varía según la cantidad y calidad del mismo. Es muy solicitado por mujeres casadas.
Lectura de la lengua: Esta tiene un valor de 15.000 pesos. Con este método se pueden descubrir rezos y ataduras en la vida de cada persona.
Lectura del tarot: Este servicio cuesta 15.000 pesos. Las personas recurren a este para conocer más de su futuro.
Esencias, riegos y tomas: Estos varían de precio según la necesidad del cliente y la cantidad requerida.


EL NEGOCIO DEL INDIO

En la actualidad el indio Amazónico tiene 15 templos alrededor del mundo para atender a todos los que necesiten de su ayuda. Este hombre, que desde los doce años empezó a entrenar su capacidad sanatoria en las selvas amazónicas (aunque las malas lenguas dicen que viene de Santander), tiene consultorios en los Ángeles, Nueva York y Bogotá. Y cada vez piensa extender más su imperio, porque según el mismo lo dice en su autobiografía “Mi misión es ayudar a salvar al mundo”.

lunes, 22 de octubre de 2007

Cansada de la realidad, cae bien un paseo por el país de nunca jamás



Después de mucho pensar un tema para renovar mis dos artículos en el blog se me ocurrió hablar de la fantasía. Muchas veces la realidad me hastía y prefiero entenderme con la imaginación.

Les hablaré en esta ocasión de las hadas. No sé por qué la “gente menuda” como llaman a los personajes fantásticos, me atrae tanto. Una respuesta puede ser porque aún siendo muy parecidos a los humanos, estos chiquillos pueden hacer lo que yo siempre he soñado: volar.

De todos los seres menores de medio metro, prefiero a las hadas. Esas mujercitas diminutas, siempre rodeadas de luz, aladas y con súper poderes. En su portafolio de hechizos tienen la posibilidad de mimetizarse, cambiar de tamaño, producir amnesia y volar por el tiempo hasta llegar a un país conocido como Nunca Jamás, sí… el mismo de Peter Pan.

Lo mejor de estas mujercitas aladas es que para ir hasta su país basta con trasladarse imaginariamente hasta su lugar de origen y para llegar allá no hay que pedir visa ni sacar pasaporte, y mejor aún, los pasajes no valen.

Por generaciones los humanos han intentado buscar el origen de estos seres mágicos. Los celtas, por ejemplo, creían que las hadas descendían de los ángeles rebeldes que, al ser arrojados del cielo por su mal comportamiento, cayeron al mar, al aire, a los montes y a los ríos. En cada uno de estos lugares del mundo los grupos de hadas armaron rancho y se instalaron por los siglos de los siglos.

Para los irlandeses, la historia es parecida. Sólo que ellos decidieron que el motivo de la expulsión de las hadas del cielo era su terrible orgullo… por eso como caídas del cielo, estos angelitos desobedientes empezaron a hacer travesuras en la tierra.

En otro tiempo de la historia, a otros les dio por decir que estas diminutas personitas aladas descendían de una antigua tribu nórdica de la Edad de Bronce. Se supone que tras un fuerte enfrentamiento entre tribus, el grupo de las hadas fue vencido y oprimido por los celtas, y ante la inminente derrota, los mágicos individuos decidieron refugiarse en lugares poco accesibles. Así, alquilaron a los dioses las colinas, montes, ríos y cuevas de todo el mundo.

A otro les dio por ubicar a las hadas en el principio de los tiempos. Hay quienes argumentan que estos atrayentes muñequitos son los más antiguos del planeta. Según cuentas, las hadas son una raza primitiva que nació antes de que la tierra adquiriera la forma que hoy tiene. Para entonces no existían montañas, ni valles, ni ríos, ni fuentes, estaban las estrellas y el mar… y pare de contar.

Las hadas vieron crecer el mundo, y mucho antes que los humanos sin alas llegaron a estass tierras, ellas decidieron alojarse en las montañas, cuevas, mares, ríos y valles.

Otra teoría sostiene que el origen de las hadas está en la antigua Roma, donde las chiquillas tenían poderes proféticos. Cuando los romanos decidieron conquistar el resto de Europa las hadas emprendieron la conquista junto a ellos.

A medida que los romanos se iban apropiando de las tierras europeas, las hadas iban a su lado. Siguiendo con el cuento que las Hadas vienen de Roma, hay quienes aseguran con entonado acento, que estas maguitas aladas no llegaron a Grecia porque allí vivían las dríades y las ninfas, es decir, este terreno ya tenía su dueño.

En Irlanda se les considera Diosas. Esto gracias a una teoría que explica que las hadas tuvieron su origen en las antiguas divinidades del universo y los primeros héroes del mundo, que se desvanecieron al instituirse los nuevos dioses.

La verdad, según mi percepción podrían venir de todas partes del mundo, del lugar que no existe y del país donde no hay relojes. Me imagino a todas las hadas como a campanita, como una bruja color rosa o como los nomitos de los hermanos Grimm.

El caso es que para mi ellas viven en todas partes, porque la imaginación no tiene calles, ni cuadras, ni condominios. La imaginación no paga administración y por eso no tiene portero que límite la entrada y que controle las salidas tarde. ¿Se anima a salir sin permiso de su realidad para dar una vueltecita por el país de las hadas? Como dice un amigo mío “Péguese la rodadita”.
Les quedo debiendo más información sobre estas chiquitas aladas.

jueves, 18 de octubre de 2007

El cirujano de los muertos


Jorge Iván Pareja lleva 25 años en la medicina. Durante todo este tiempo los pacientes que más ha atendido son los muertos.

“Aunque me titulé de la Universidad de Antioquia como médico general, toda mi vida se la he dedicado a las autopsias, a los muertos”, comenta Jorge Iván, necrólogo de Puerto Berrío, Antioquia.

Su rural lo hizo en Salgar, un pueblo del suroeste antioqueño. “En ese entonces a uno le tocaba ser el médico general, el de urgencias y también el forense, entonces me fui acostumbrando”, comenta Pareja.

Después de su trabajo en Salgar, éste médico forense fue trasladado a Puerto Berrío, en el mismo departamento. Estando allí, a quién le correspondían este tipo de procedimientos era al médico que entonces trabajaba en urgencias. El, mientras tanto, se dedicaba a atender las consultas externas.

Un día, al centro de asistencia médica del pueblo, llegó un cadáver en “alto grado de descomposición”. En esa ocasión, ninguno de los médicos que estaban al frente quería realizar la autopsia. “No es que a mi me llamara mucho la atención, pero ahí saltó el espíritu paisa mío. Entonces me dijeron, Pareja, le ofrecemos 20 mil y le va en ese trabajito, y desde entonces yo era el encargado de necropsias para cadáveres descompuestos”, comenta.

Ahora, este necrólogo por vocación posee todos los mecanismos para poder hacer una necropsia detallada. “Uno no necesita mucho para hacer una necropsia. Son necesarios un cuchillo, una motosierra y un buen perito, es decir, un necrólogo bien pendiente de las cosas, el resto es añadidura”.

Hoy ya tiene mejores equipos para la realización de las necropsias. Varios microscopios y mecanismos más tecnificados lo acompañan en su rutina diaria.

Después de 25 años en el oficio, Jorge Iván Pareja dice que este oficio es tan normal como cualquier otro en la medicina. “Lo que nos separa de un procedimiento quirúrgico es sólo el estado en el que se encuentra el cadáver, de resto es lo mismo, una operación complicada” comenta.

Cada uno de sus días, según el, no tiene mayor afán, llega a su trabajo, se pone su bata, lee las historias que hay para ese día y con cámara fotográfica en mano se dispone a hacer la “operación”.

“Uno nunca se acostumbra a la muerte. Porque uno siempre sabe que detrás de cada cadáver hay una historia, una familia y un gran dolor”, finaliza.


¿Quiere saber cómo se hace una necropsia? Vea pues...

Examinación externa: se mide y se registra cualquier anomalía en la superficie del cuerpo.
Apertura del tronco: Se abre el tronco de los hombros al pubis y luego se separan los huesos del músculo.
Se corta con una sierra cada lado del tórax para poder acceder al corazón y los pulmones.
Se extirpan los órganos.
Se extirpa el cerebro.
Cuando está la autopsia completa, se reincorporan los órganos en el cuerpo y se cose este.

En tiempo de aguaceros, no cae mal hablar de un huaico



Huaico es una palabra que no tiene la ortografía bien definida aún. Hay quienes en lugar de encontrarle remedio a las víctimas de los diluvios continúan discutiendo las razones por las cuales se debería escribir de tal o cual forma esta palabra. Pero para no complicarnos la vida, acá en este blog, la escribiré así: HUAICO.

Este fenómeno hace referecia a una violenta inundación producida por las lluvias donde gran cantidad de material del terreno de las laderas es desprendido y arrastrado por el agua hasta el fondo de los valles, causando enormes sepultamientos a su paso. En otras palabras es sinónimo de un gran tornado.

Hago referencia a esta definición, porque esta palabra no es fácil de encontrar en el camino. De un día para otro no le dice a uno un amigo que lo cogió un huaico muy berraco y por eso llegó tarde a la cita, no, eso no pasa cotidianamente.

Cuando yo llegué a esta palabra también fue de pura casualidad. Con la fiebre de periodista que apenas empezaba a aparecer a un grupo de compañeras del colegio y a mi, se nos ocurrió montar un periódico escolar libre, que no dependiera de nuestras directivas y en el que pudieramos escribir por puro gusto.

Buscando en diccionarios viejos de la biblioteca de un colegio que ya lleva 115 años prestando sus servicios a las jovencitas de Envigado, nos encontramos la palabra Huaico. Esa quedó por unanimidad pues sonaba bueno y a nadie ningún colegio conocido se le había ocurrido tener un periódico con el mismo nombre.

Después de pensar un rato en ponerle nombre y sin una anticuada biblioteca a mi lado, se me ocurrió que me podía copiar ese nombre con el cual un día nació mi periódico escolar.

Ahí perdonan los que lleguen a este blog, por casualidad o por recomendación, la carretica que les acabé de contar... pero es bueno que si van a seguir leyendo, al menos sepan por qué quieren leer lo que se escribe en la mitad de una gran tormenta.