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lunes, 22 de octubre de 2007

Cansada de la realidad, cae bien un paseo por el país de nunca jamás



Después de mucho pensar un tema para renovar mis dos artículos en el blog se me ocurrió hablar de la fantasía. Muchas veces la realidad me hastía y prefiero entenderme con la imaginación.

Les hablaré en esta ocasión de las hadas. No sé por qué la “gente menuda” como llaman a los personajes fantásticos, me atrae tanto. Una respuesta puede ser porque aún siendo muy parecidos a los humanos, estos chiquillos pueden hacer lo que yo siempre he soñado: volar.

De todos los seres menores de medio metro, prefiero a las hadas. Esas mujercitas diminutas, siempre rodeadas de luz, aladas y con súper poderes. En su portafolio de hechizos tienen la posibilidad de mimetizarse, cambiar de tamaño, producir amnesia y volar por el tiempo hasta llegar a un país conocido como Nunca Jamás, sí… el mismo de Peter Pan.

Lo mejor de estas mujercitas aladas es que para ir hasta su país basta con trasladarse imaginariamente hasta su lugar de origen y para llegar allá no hay que pedir visa ni sacar pasaporte, y mejor aún, los pasajes no valen.

Por generaciones los humanos han intentado buscar el origen de estos seres mágicos. Los celtas, por ejemplo, creían que las hadas descendían de los ángeles rebeldes que, al ser arrojados del cielo por su mal comportamiento, cayeron al mar, al aire, a los montes y a los ríos. En cada uno de estos lugares del mundo los grupos de hadas armaron rancho y se instalaron por los siglos de los siglos.

Para los irlandeses, la historia es parecida. Sólo que ellos decidieron que el motivo de la expulsión de las hadas del cielo era su terrible orgullo… por eso como caídas del cielo, estos angelitos desobedientes empezaron a hacer travesuras en la tierra.

En otro tiempo de la historia, a otros les dio por decir que estas diminutas personitas aladas descendían de una antigua tribu nórdica de la Edad de Bronce. Se supone que tras un fuerte enfrentamiento entre tribus, el grupo de las hadas fue vencido y oprimido por los celtas, y ante la inminente derrota, los mágicos individuos decidieron refugiarse en lugares poco accesibles. Así, alquilaron a los dioses las colinas, montes, ríos y cuevas de todo el mundo.

A otro les dio por ubicar a las hadas en el principio de los tiempos. Hay quienes argumentan que estos atrayentes muñequitos son los más antiguos del planeta. Según cuentas, las hadas son una raza primitiva que nació antes de que la tierra adquiriera la forma que hoy tiene. Para entonces no existían montañas, ni valles, ni ríos, ni fuentes, estaban las estrellas y el mar… y pare de contar.

Las hadas vieron crecer el mundo, y mucho antes que los humanos sin alas llegaron a estass tierras, ellas decidieron alojarse en las montañas, cuevas, mares, ríos y valles.

Otra teoría sostiene que el origen de las hadas está en la antigua Roma, donde las chiquillas tenían poderes proféticos. Cuando los romanos decidieron conquistar el resto de Europa las hadas emprendieron la conquista junto a ellos.

A medida que los romanos se iban apropiando de las tierras europeas, las hadas iban a su lado. Siguiendo con el cuento que las Hadas vienen de Roma, hay quienes aseguran con entonado acento, que estas maguitas aladas no llegaron a Grecia porque allí vivían las dríades y las ninfas, es decir, este terreno ya tenía su dueño.

En Irlanda se les considera Diosas. Esto gracias a una teoría que explica que las hadas tuvieron su origen en las antiguas divinidades del universo y los primeros héroes del mundo, que se desvanecieron al instituirse los nuevos dioses.

La verdad, según mi percepción podrían venir de todas partes del mundo, del lugar que no existe y del país donde no hay relojes. Me imagino a todas las hadas como a campanita, como una bruja color rosa o como los nomitos de los hermanos Grimm.

El caso es que para mi ellas viven en todas partes, porque la imaginación no tiene calles, ni cuadras, ni condominios. La imaginación no paga administración y por eso no tiene portero que límite la entrada y que controle las salidas tarde. ¿Se anima a salir sin permiso de su realidad para dar una vueltecita por el país de las hadas? Como dice un amigo mío “Péguese la rodadita”.
Les quedo debiendo más información sobre estas chiquitas aladas.

jueves, 18 de octubre de 2007

El cirujano de los muertos


Jorge Iván Pareja lleva 25 años en la medicina. Durante todo este tiempo los pacientes que más ha atendido son los muertos.

“Aunque me titulé de la Universidad de Antioquia como médico general, toda mi vida se la he dedicado a las autopsias, a los muertos”, comenta Jorge Iván, necrólogo de Puerto Berrío, Antioquia.

Su rural lo hizo en Salgar, un pueblo del suroeste antioqueño. “En ese entonces a uno le tocaba ser el médico general, el de urgencias y también el forense, entonces me fui acostumbrando”, comenta Pareja.

Después de su trabajo en Salgar, éste médico forense fue trasladado a Puerto Berrío, en el mismo departamento. Estando allí, a quién le correspondían este tipo de procedimientos era al médico que entonces trabajaba en urgencias. El, mientras tanto, se dedicaba a atender las consultas externas.

Un día, al centro de asistencia médica del pueblo, llegó un cadáver en “alto grado de descomposición”. En esa ocasión, ninguno de los médicos que estaban al frente quería realizar la autopsia. “No es que a mi me llamara mucho la atención, pero ahí saltó el espíritu paisa mío. Entonces me dijeron, Pareja, le ofrecemos 20 mil y le va en ese trabajito, y desde entonces yo era el encargado de necropsias para cadáveres descompuestos”, comenta.

Ahora, este necrólogo por vocación posee todos los mecanismos para poder hacer una necropsia detallada. “Uno no necesita mucho para hacer una necropsia. Son necesarios un cuchillo, una motosierra y un buen perito, es decir, un necrólogo bien pendiente de las cosas, el resto es añadidura”.

Hoy ya tiene mejores equipos para la realización de las necropsias. Varios microscopios y mecanismos más tecnificados lo acompañan en su rutina diaria.

Después de 25 años en el oficio, Jorge Iván Pareja dice que este oficio es tan normal como cualquier otro en la medicina. “Lo que nos separa de un procedimiento quirúrgico es sólo el estado en el que se encuentra el cadáver, de resto es lo mismo, una operación complicada” comenta.

Cada uno de sus días, según el, no tiene mayor afán, llega a su trabajo, se pone su bata, lee las historias que hay para ese día y con cámara fotográfica en mano se dispone a hacer la “operación”.

“Uno nunca se acostumbra a la muerte. Porque uno siempre sabe que detrás de cada cadáver hay una historia, una familia y un gran dolor”, finaliza.


¿Quiere saber cómo se hace una necropsia? Vea pues...

Examinación externa: se mide y se registra cualquier anomalía en la superficie del cuerpo.
Apertura del tronco: Se abre el tronco de los hombros al pubis y luego se separan los huesos del músculo.
Se corta con una sierra cada lado del tórax para poder acceder al corazón y los pulmones.
Se extirpan los órganos.
Se extirpa el cerebro.
Cuando está la autopsia completa, se reincorporan los órganos en el cuerpo y se cose este.

En tiempo de aguaceros, no cae mal hablar de un huaico



Huaico es una palabra que no tiene la ortografía bien definida aún. Hay quienes en lugar de encontrarle remedio a las víctimas de los diluvios continúan discutiendo las razones por las cuales se debería escribir de tal o cual forma esta palabra. Pero para no complicarnos la vida, acá en este blog, la escribiré así: HUAICO.

Este fenómeno hace referecia a una violenta inundación producida por las lluvias donde gran cantidad de material del terreno de las laderas es desprendido y arrastrado por el agua hasta el fondo de los valles, causando enormes sepultamientos a su paso. En otras palabras es sinónimo de un gran tornado.

Hago referencia a esta definición, porque esta palabra no es fácil de encontrar en el camino. De un día para otro no le dice a uno un amigo que lo cogió un huaico muy berraco y por eso llegó tarde a la cita, no, eso no pasa cotidianamente.

Cuando yo llegué a esta palabra también fue de pura casualidad. Con la fiebre de periodista que apenas empezaba a aparecer a un grupo de compañeras del colegio y a mi, se nos ocurrió montar un periódico escolar libre, que no dependiera de nuestras directivas y en el que pudieramos escribir por puro gusto.

Buscando en diccionarios viejos de la biblioteca de un colegio que ya lleva 115 años prestando sus servicios a las jovencitas de Envigado, nos encontramos la palabra Huaico. Esa quedó por unanimidad pues sonaba bueno y a nadie ningún colegio conocido se le había ocurrido tener un periódico con el mismo nombre.

Después de pensar un rato en ponerle nombre y sin una anticuada biblioteca a mi lado, se me ocurrió que me podía copiar ese nombre con el cual un día nació mi periódico escolar.

Ahí perdonan los que lleguen a este blog, por casualidad o por recomendación, la carretica que les acabé de contar... pero es bueno que si van a seguir leyendo, al menos sepan por qué quieren leer lo que se escribe en la mitad de una gran tormenta.