Pages

jueves, 18 de octubre de 2007

El cirujano de los muertos


Jorge Iván Pareja lleva 25 años en la medicina. Durante todo este tiempo los pacientes que más ha atendido son los muertos.

“Aunque me titulé de la Universidad de Antioquia como médico general, toda mi vida se la he dedicado a las autopsias, a los muertos”, comenta Jorge Iván, necrólogo de Puerto Berrío, Antioquia.

Su rural lo hizo en Salgar, un pueblo del suroeste antioqueño. “En ese entonces a uno le tocaba ser el médico general, el de urgencias y también el forense, entonces me fui acostumbrando”, comenta Pareja.

Después de su trabajo en Salgar, éste médico forense fue trasladado a Puerto Berrío, en el mismo departamento. Estando allí, a quién le correspondían este tipo de procedimientos era al médico que entonces trabajaba en urgencias. El, mientras tanto, se dedicaba a atender las consultas externas.

Un día, al centro de asistencia médica del pueblo, llegó un cadáver en “alto grado de descomposición”. En esa ocasión, ninguno de los médicos que estaban al frente quería realizar la autopsia. “No es que a mi me llamara mucho la atención, pero ahí saltó el espíritu paisa mío. Entonces me dijeron, Pareja, le ofrecemos 20 mil y le va en ese trabajito, y desde entonces yo era el encargado de necropsias para cadáveres descompuestos”, comenta.

Ahora, este necrólogo por vocación posee todos los mecanismos para poder hacer una necropsia detallada. “Uno no necesita mucho para hacer una necropsia. Son necesarios un cuchillo, una motosierra y un buen perito, es decir, un necrólogo bien pendiente de las cosas, el resto es añadidura”.

Hoy ya tiene mejores equipos para la realización de las necropsias. Varios microscopios y mecanismos más tecnificados lo acompañan en su rutina diaria.

Después de 25 años en el oficio, Jorge Iván Pareja dice que este oficio es tan normal como cualquier otro en la medicina. “Lo que nos separa de un procedimiento quirúrgico es sólo el estado en el que se encuentra el cadáver, de resto es lo mismo, una operación complicada” comenta.

Cada uno de sus días, según el, no tiene mayor afán, llega a su trabajo, se pone su bata, lee las historias que hay para ese día y con cámara fotográfica en mano se dispone a hacer la “operación”.

“Uno nunca se acostumbra a la muerte. Porque uno siempre sabe que detrás de cada cadáver hay una historia, una familia y un gran dolor”, finaliza.


¿Quiere saber cómo se hace una necropsia? Vea pues...

Examinación externa: se mide y se registra cualquier anomalía en la superficie del cuerpo.
Apertura del tronco: Se abre el tronco de los hombros al pubis y luego se separan los huesos del músculo.
Se corta con una sierra cada lado del tórax para poder acceder al corazón y los pulmones.
Se extirpan los órganos.
Se extirpa el cerebro.
Cuando está la autopsia completa, se reincorporan los órganos en el cuerpo y se cose este.

1 comentarios:

caruri dijo...

Qué bueno Saris. Yo estaba pensando en estos días por qué no escribías un Huaico de estos, el tuyo, para que nos deleitáramos con las historias de otros, de los que descuartizan cadáveres o de las niñas de La Presentación que buscan nombres nuevos en diccionarios viejos, o con las tuyas propias, esas que van a flor de piel.
Te felicito. Y espero pasear con frecuencia por estos territorios antes de las avalanchas.
Un abrazo.